Resumen de la semana que termina el 22 de agosto

Reino Unido

Ha sido una semana de contrastes en el Reino Unido. La actividad empresarial alcanzó su nivel más alto en un año, sobre todo gracias a los servicios, pero el mercado laboral siguió debilitándose y las cifras de empleo cayeron por undécimo mes consecutivo. La inflación volvió a subir hasta el 3,8% -un nuevo máximo anual-, aunque la subida de los precios de los comestibles disminuyó ligeramente, lo que supuso un pequeño alivio para los hogares. Desde el punto de vista político, el Gobierno intervino para nacionalizar la tercera siderúrgica del país tras su quiebra, planteando interrogantes sobre la resistencia de la industria. Al mismo tiempo, la inmigración acaparó los titulares, con un récord de 111.000 solicitudes de asilo. Los mercados también se vieron sacudidos: WH Smith reveló un error contable de 30 millones de libras que hizo caer el precio de sus acciones un 40% en una sola sesión.


Estados Unidos

En Estados Unidos, todas las miradas estaban puestas en Jackson Hole y en las últimas señales de la Reserva Federal. Jerome Powell mantuvo a los mercados a la expectativa con un tono cauteloso sobre la inflación, mientras que las actas de la reunión de julio mostraron que los funcionarios siguen luchando por equilibrar el crecimiento con la estabilidad de precios. Políticamente, el presidente Trump ejerció de anfitrión de Zelenskyy y los líderes europeos, impulsando un plan de garantías de seguridad al estilo de la OTAN para Ucrania, sin ofrecer la plena adhesión. El comercio también dio un giro, con Washington y Bruselas alcanzando un nuevo acuerdo para aliviar los aranceles sobre los productos industriales y agrícolas estadounidenses, mientras que Estados Unidos se mantuvo firme con los automóviles europeos. En Wall Street, los resultados del sector minorista dominaron la semana: Los beneficios de Walmart decepcionaron, mientras que Target y Lowe's cerraron la temporada con cifras dispares.


Unión Europea

Europa pasó la semana atrapada entre la innovación financiera y la tensión geopolítica. La UE aceleró los trabajos sobre su proyecto de euro digital, e incluso propuso el uso de cadenas de bloques públicas como Ethereum o Solana para dotar al proyecto de peso mundial. Los mercados reaccionaron positivamente a la relajación de los aranceles estadounidenses, impulsando al alza el STOXX 600, aunque la bolsa polaca sufrió un revés por la inquietud que suscitan los nuevos impuestos de sociedades. Desde el punto de vista diplomático, Ucrania siguió siendo la cuestión clave. Los líderes europeos respaldaron con cautela las garantías de seguridad lideradas por Estados Unidos, pero también fueron conscientes de la presión que el aumento de los costes de defensa está ejerciendo sobre unos presupuestos ya de por sí ajustados.


China

La economía china siguió arrastrándose bajo el peso de la debilidad de los mercados inmobiliarios, la atonía de la producción industrial y las continuas restricciones comerciales de Estados Unidos. Las ventas mundiales en el sector tecnológico, alimentadas por la Ley CHIPS de Washington y el nerviosismo en torno a los semiconductores asiáticos, se extendieron a Shanghái, así como a los mercados de Taiwán y Corea del Sur. Aunque el sentimiento era sombrío, algunos inversores buscaron en las declaraciones de Powell en Jackson Hole una influencia estabilizadora, con la esperanza de que la demanda mundial pudiera al menos encontrar un suelo. Pekín, sin embargo, sigue en apuros, ya que tanto las presiones internas como las externas reducen el crecimiento.


Metales (oro y cobre)

El precio del oro bajó esta semana debido al fortalecimiento del dólar estadounidense antes del discurso de Powell. Los inversores optaron por la cautela, reduciendo la demanda de refugio seguro y empujando el metal ligeramente a la baja.

El cobre, por su parte, se mantuvo bajo presión, lastrado por los débiles datos industriales chinos y la ralentización de la actividad de la construcción en el mayor consumidor mundial. Los operadores se debatían entre el lastre que supone el malestar inmobiliario de Pekín y las esperanzas a más largo plazo de que el gasto en infraestructuras pueda ofrecer cierto apoyo más adelante en el año. Por ahora, ambos metales siguen siendo muy sensibles a la política monetaria estadounidense y a la recuperación de China, o a la falta de ella.


Petróleo (crudo WTI y Brent)

Los precios del petróleo se suavizaron a lo largo de la semana. El Brent rondó los 60 dólares durante la mayor parte de la semana, aunque hoy cotiza al alza, y el WTI bajó hasta los 60 dólares a principios de semana antes de recuperarse por debajo de los 64 dólares. Las esperanzas de progreso en las conversaciones de paz en Ucrania tranquilizaron a los mercados, mientras que el Kremlin insinuó posibles conversaciones con Washington para estabilizar las exportaciones. Al mismo tiempo, los operadores tuvieron en cuenta las débiles señales de la demanda, especialmente en Europa y Asia, ya que los elevados costes de los préstamos pesan sobre la producción industrial. El crudo se mantuvo en un patrón de contención, nervioso por la geopolítica, pero aún anclado en la preocupación por el crecimiento mundial.


Conclusión

Esta ha sido una de esas semanas en las que la política y la economía han estado estrechamente entrelazadas. De Londres a Pekín, los líderes lucharon contra las tensiones internas, mientras que Ucrania seguía dando forma a la diplomacia mundial. Para los mercados, cada palabra de Powell y la trayectoria de los precios de la energía mantuvieron en vilo a los inversores, subrayando lo finamente equilibrado que sigue siendo el panorama.

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