Con Halloween a la vuelta de la esquina, nos gustaría compartir con usted un cuento espeluznante.
Uno sobre una de nuestras destilerías de whisky favoritas: Bowmore.
La historia de Bowmore y el jinete sin cabeza.
En realidad, es más bien una historia divertida.
Aunque los lugareños no piensan lo mismo.
Esperamos que tenga un trago en la mano...
Lo vas a necesitar.
Cuenta la leyenda que un campesino de Islay llamado Lachlan Bàn volvía a casa una noche de tormenta.
A través del viento y la oscuridad, divisó una figura fantasmal: un jinete sin cabeza que se alejaba al galope de su casa.
Lachlan palideció de miedo.
Al entrar en la casa con cautela, vio que el fuego que había encendido apenas una hora antes se había apagado por completo.
El suelo estaba húmedo y, sobre la mesa, vio una botella abierta de whisky Bowmore Single Malt, a la que le faltaba un buen trago.
Quienquiera (o lo que fuera) que lo hubiera visitado tenía sin duda buen gusto, pensó.
De mala gana, tiró la botella y cerró la puerta tras de sí. Aquella noche soñó con un jinete sin cabeza que le exigía airadamente que le devolviera el whisky y aporreaba furiosamente la puerta.
Cuando Lachlan se despertó, sólo era el viento, pero los inquietantes sueños no le dejaban dormir.
Al día siguiente, en la posada local, Lachlan contó su aterrador encuentro. Los aldeanos se quedaron atónitos, y los rumores sobre el jinete sin cabeza se extendieron rápidamente.
La verdad, sin embargo, se reveló una semana después, cuando el hermano de Lachlan lo visitó.
El hermano reveló que había sido él quien había pasado por allí aquella noche durante la tormenta.
El viento había forzado la puerta y apagado el fuego. Había traído una botella de Bowmore para compartir, pero no podía esperar más, así que bebió un trago rápido y regresó a caballo con la capa ceñida a la cabeza para protegerse de la lluvia.
Demasiado avergonzado para admitir la verdad, Lachlan dejó que la fantasmagórica historia siguiera viva.
Y así, hasta el día de hoy, ningún verdadero Ileach (eso es un residente de Islay para usted y para mí) ofrece nunca a sus invitados whisky de una botella abierta, ¡por miedo a invocar al sediento jinete sin cabeza!
Para rendir homenaje a la rica tradición de Bowmore y a su pionera artesanía del whisky, ofrecemos un barril de Bourbon Refill de 1989, de 35 años de edad, 42,60% ABV.

Presenta una complejidad que sólo se encuentra en los whiskies bien envejecidos y cuidadosamente elaborados, y ofrece notas de frutas de verano, suaves flores, humo de turba y salpicaduras de mar.
Hemos tardado años en hacernos con una de ellas.
Este barril está disponible por orden de llegada, así que ponte en contacto rápidamente si estás interesado.