Casi todo el mundo piensa que las viñas viejas hacen mejores vinos.
Pero, ¿es cierto?
No necesariamente.
Es cierto que existen algunos vinos de cepas viejas excepcionales -el Rhône, Mouton Rothschild y Domaine Romanée Conti, por citar algunos-, pero no siempre se cumple eso de que "cuanto más viejo, mejor".
Una vid envejecida no transformará una vid de mala calidad en una vid de buena calidad.
Independientemente de su edad, para que las vides produzcan un buen vino es necesario que sean de buena calidad, que crezcan en condiciones adecuadas y que reciban los cuidados apropiados, ¡y eso sin tener en cuenta la habilidad del viticultor!
Entonces, ¿cuándo se considera que una vid es "vieja"?
Todo lo que tenga más de 35 años.
A lo largo de los años, hemos realizado bastantes catas a ciegas, comparando vinos de cepas viejas con vinos de cepas nuevas, y los resultados son siempre sorprendentes.
A veces, los vinos de cepas viejas tienen ventaja, pero con la misma frecuencia, los vinos de cepas nuevas son mucho más impresionantes.
Un vino nuevo que nos ha sorprendido recientemente en una cata a ciegas es el Domaine du Comte Liger-Belair La Romanée Grand Cru 2006.
Domaine du Comte Liger-Belair, fundado en 2000, es un productor de vino relativamente nuevo en Borgoña, aunque la familia Liger-Belair lleva cultivando vino en Vosne-Romanée desde 1815.
El domaine elabora vinos grand y premier cru muy codiciados a partir de viñedos de Nuits-Saint-Georges y Vosne-Romanée, con La Romanée, su pequeño monopoleo, como joya de la corona.
Los orígenes de la propiedad se remontan a Louis Liger-Belair, general del ejército napoleónico, que adquirió viñedos clave como La Romanée y La Tâche durante las ventas de tierras posteriores a la revolución.
Aunque gran parte de las tierras se vendieron en 1933, el domaine experimentó un renacimiento en 2000 con el Conde Louis-Michel Liger-Belair, que amplió las explotaciones vitícolas y ahora emplea principios biodinámicos, utilizando incluso caballos para arar los viñedos.
Hoy en día, los vinos de Pinot Noir del dominio son conocidos por su elegancia y se elaboran con una intervención mínima.
A pesar de la juventud del domaine, estos vinos se encuentran entre los más apreciados de Borgoña, y La Romanée se clasifica regularmente como uno de los vinos más caros de la región.
Después de quedar seriamente asombrados en la cata a ciegas, pedimos seis botellas de La Romanée Grand Cru 2006 (es todo lo que pudimos conseguir).
Calificado con unos impresionantes 98 puntos por Daniele Cernilli (también conocido como "Doctor Vino"), su reseña en WineSearcher afirma que "la sensación en boca es armoniosa y elegante, sin excesos y asombrosamente perfecta".
No podríamos estar más de acuerdo, Daniele.
Con un increíble potencial de envejecimiento, creemos que sería una brillante incorporación a su cartera.
O el vino perfecto para servir en su próxima cena.
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