
Château Lafite Rothschild
Situado en el extremo norte de la denominación de Pauillac, Château Lafite Rothschild es una de las propiedades más prestigiosas de Burdeos. Desde el siglo XIII existía una finca que fue propiedad de Gombaud de Lafite y la propiedad aún lleva su nombre casi un milenio después. Se cree que las primeras vides fueron plantadas en esta época, aunque no fue hasta el siglo XVII cuando la finca comenzó a producir vino formalmente.
Durante el siglo XVIII el vino se desarrolló internacionalmente como uno de los vinos favoritos de Thomas Jefferson, quien había comprado varias cajas mientras servía como Ministro de los Estados Unidos en Francia en París. Lafite también recibió un importante impulso en 1855 con la Clasificación de Burdeos que la definió como una de las cinco fincas Premier Cru.
La propiedad ha estado en manos de la familia Rothschild desde 1866 y actualmente es propiedad del Barón Eric de Rothschild, que ha puesto en marcha un amplio programa de inversiones tanto en la bodega como en los viñedos.
Los suelos pedregosos se adaptan bien al Cabernet Sauvignon, que se cultiva junto con pequeñas cantidades de Merlot y un toque de Cabernet Franc y Petit Verdot. Toda la fruta se cosecha manualmente para mantener los niveles de calidad óptimos y las parcelas se vinifican por separado para facilitar una mezcla precisa entre los diferentes lotes.
Lafite es más conocido por el Grand Vin que tiene un perfil distintivo, refinado y perfumado cuando se compara con la intensidad de Latour o Mouton. Gracias a la estructura bien construida y a la crianza en barricas de roble 100 % nuevas, se trata de un vino que suele tener un potencial de bodega de cincuenta años o más, lo que lo hace muy atractivo para los inversores.
Entre las últimas cosechas de Lafite Rothschild se encuentran la de 2015, que recibió una puntuación perfecta de 100 puntos de Wine Enthusiast, la de 2016 y la de 2003, que obtuvieron 99 y 100 puntos respectivamente con The Wine Advocate de Robert Parker.
Por ser uno de los patrimonios más emblemáticos de Burdeos, Lafite suele tener un buen rendimiento en el mercado secundario con una gran demanda de Asia y Estados Unidos. Por ejemplo, la cosecha de 2014 ha mostrado un crecimiento del 69,4 % en los últimos cinco años y seguirá aumentando su valor a medida que crezca en rareza y madurez.