La mayoría de la gente piensa que los mejores vinos proceden de suelos fértiles y climas agradables. Pero, como le dirá cualquier vinicultor de Santorini, son el duro suelo volcánico, pobre en nutrientes, y el clima extremo de la isla los que crean sus cosechas galardonadas.
Las difíciles condiciones obligan a las vides a excavar profundamente en busca de nutrientes, lo que da como resultado uvas con sabores únicos y una gran mineralidad que difícilmente encontrará en otro lugar. Hasta ahora.
Hemos encontrado un viñedo que hace que las condiciones climáticas de Santorini parezcan una suave brisa de verano y que podría rivalizar con sus cosechas en lo que a calidad se refiere.
El viñedo T-OINOS, procedente de la isla de Tinos (Grecia), azotada por el viento, está enclavado en un paisaje lunar con cráteres, rodeado de enormes piedras graníticas llamadas volakes.
Las uvas se cultivan en un terreno árido y rocoso a 400 metros sobre el nivel del mar, donde las temperaturas fluctúan salvajemente y los vientos aúllan sin cesar. Sin embargo, de este entorno inhóspito nace un vino de carácter extraordinario.
Impregnados de folclore antiguo, la leyenda cuenta que los volakes son vestigios de una mítica batalla entre dioses y gigantes.
Según los geólogos, estas gigantescas rocas son de granito y se formaron hace entre 15 y 25 millones de años. Con el tiempo, los cambios de temperatura y humedad, junto con la erosión del viento, las han ido moldeando hasta darles su forma esférica.
Hace quince años, Alexandre Avatangelos aceptó el reto de elaborar un "vino original" que captara la vibrante esencia del paisaje lunar del que había nacido.
Con la orientación del prestigioso asesor vinícola Stéphane Derenoncourt, calificado de "genio" por Gary Owen, ex director y jefe de vinos de Sotheby's, han elaborado vinos que son expresiones puras de su terruño.
¿El resultado? Unos blancos refrescantes y minerales y unos tintos especiados y aromáticos que no se parecen a nada que haya probado antes.
Incluso uno de los críticos de vino más reputados del mundo, James Suckling, afirma: "Los espectaculares viñedos en ladera de la bodega T-Oinos... producen posiblemente los mejores vinos de Grecia".
El terreno escarpado, el espacio limitado y el clima desafiante dan lugar a una baja producción de vino, lo que crea escasez y potencial de revalorización de los precios.
Los elaborados con Assyrtiko tienen un potencial de envejecimiento excepcional, lo que les permite desarrollar sabores complejos y aumentar su valor con el tiempo.
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